Siempre pensamos que el turismo es altamente beneficioso para un país y mayormente lo es, pero en muchas ocasiones nos olvidamos de los costes que tiene y aunque sumando beneficios y costes los primeros sean superiores puede suceder y de hecho sucede que, los beneficios pueden ser percibidos por unos y los costes por otros.
¿Qué costes están asociados al turismo?
Costes asociados a la presión urbanística sobre el territorio, como intentos de urbanizar de espacios naturales, perjuicios paisajísticos como consecuencia de la excesiva construcción (véase los ejemplos en el litoral mediterráneo alicantino y en las islas de Mallorca e Ibiza).
Costes asociados al aumento de los precios de los bienes y servicios en las zonas turísticas que afectan a los residentes en esas zonas y que tienen que pagar precios más elevados que los residentes en otras zonas no turísticas. Y dentro de esto particularmente el precio de la vivienda, fenómeno que cobró especial virulencia en la isla de Mallorca en los años 90.
Costes derivados de la necesidad de mantener infraestructuras públicas y privadas sobredimensionadas al tamaño de la población estable de las zonas turísticas. Estas sobredimensiones se notan más en zonas turísticas estacionales. Un ejemplo puede ser el aeropuerto de Palma de Mallorca infrautilizado en los meses de invierno pero que hay que mantenerlo o la multiplicidad de hoteles e infraestructuras cerradas en los meses de temporada baja.
Además estos costes suelen ser soportados por personas distintas a las que reciben los beneficios.